lunes, 19 de diciembre de 2011

Latidos

Otra vez esa sensación. Euforia y derrota a la vez. Esa que sucede cuando por una vez haces caso al corazón. Cuando creías que solo se puede actuar con la cabeza, pero tus impulsos te demuestran lo contrario.
Otra vez. Algo te impulsa, no sabes el qué, pero algo te dice, "el que arriesga nunca pierde" así que lo haces.
Cojes el movil y le escribes lo que te pasa en ese mismo momento por la mente, o por tus sentidos, lo que te pasa por todo tu cuerpo. Hablas de ese justo momento, y sabes que es lo que tenías que hacer por que tu corazón late más deprisa, mucho más. Parece que se te va a salir del pecho. Lo lees de nuevo, aunque solamente sean dos palabras. Dos palabras que dicen más que cualquier cosa. Aunque solo sea por aquel momento. Recuerda, hablo del ahora. Presionas enviar, y a la vez un escalofrío es enviado por cada poro de tu cuerpo. Y ya está, no hay marcha atrás, y lo único que esperas es una respuesta que te haga sentir menos ridícula de lo que ya te sientes. Intentas fingir contigo misma que no te importa si no responde, pero esperas impaciente a que se ilumine la pantalla, no puedes esperar. Y tu corazón tampoco.

1 comentario:

  1. Y como esa respuesta no llegue pronto, puede que llegues a sentirte la más idiota del mundo...

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