jueves, 19 de abril de 2012

La quinta estrella a la izquierda de la Luna

Es como si me faltara algo.  Algo con nombre y apellido, algo con mirada y sonrisa propias...No es eso de cuando te falta algo que nunca has tenido, sino de cuando lo has tenido todo y de repente se consume. Las medias sonrisas se han convertido en miradas vacías, ahora es diferente. Tiene esa expresión de cuando no puede dejar de darle vueltas a las cosas, y sé que odia sentirse culpable,no por tener la culpa sino por no poder hacer nada para remediarlo. Es cierto a veces ríe, pero yo lo miro cuando nadie lo ve, y entonces lo leo en sus ojos, y entiendo a Neruda cuando dijo eso de.. "me gustas cuando callas porque estás como ausente.."
Ausente, y yo vacía, porque me faltas aunque te tenga al lado. Y si, es cierto, si no pasáramos por malos momentos, no saborearíamos los buenos, pero daría lo que fuera porque aparecieses todas las mañanas con ese estado de ánimo que me vuelve loca (literalmente). Es como si alguien hubiese cogido la Luna y la hubiese vaciado de repente. El insiste en que el mundo le ha dado la espalda, pero yo, que solo soy una observadora de ese libro que nunca se acaba, de sus ojos y sus sonrisas,  me muero por decirle que si abre los ojos, o tal vez, si los cierra, verá una sonrisa dispuesta a hacer que el mundo entero se de la vuelta y te diga, "todo está bien". Que yo estoy aquí, y que te quiero. Te quiero cuando estás enfadado y cuando estás contento. Lo siento cuando me hablas muy cerca y cuando nos separan los kilómetros y el frío de tu pupitre al mío, cuando no me hablas ni me saludas, ni te despides, cuando vas por libre y cuando siento que me necesitas. Te quiero aunque me odies, y te odiaría cada dia de mi vida. Una vez me dijiste que te gustaba saber que lo intento, y es por eso que seguiré cada mañana y cada noche buscando esa estrella, la quinta estrella a la izquierda de la Luna.

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