Hoy no pienso esperar a que pase la tormenta. Pienso disfrutar de la marea más que nunca. Por que quizá la clave este ahí, en surcar las olas y no temer a ser arrastrado por ellas. Y esperar, esperar una más grande que te lleve ahí. Al otro lado, porque lo que no vemos también forma parte del juego.
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